En mi pensamiento de hoy en la noche vi que la velocidad que uno lleva para lograr los objetivos es un tema de encontrar lo que uno realmente quiere, porque lo quiere, cuando realmente lo quiere, cuál es el precio y cuánto estas dispuesto a pagar el precio. Y pagar el precio significa la verdadera esencia de la humildad. Porque significa que pones tú gran propósito arriba de ti mismo. Si te digo que hay 1 millón de dólares para ti y el piso 11 de un edificio en tu ciudad el cual está en llamas y subirlo podría poner gravemente en peligro tu vida, lo subirías? Y como lo subirías? Quizás con mucha precaución o quizás no lo subieras a pesar del monto. Correcto? Pero qué tal si te digo hay un edifico en llamas y en el piso 11 está allí toda tu familia y que subas conmigo para salvarlas? Lo subirías conmigo? Y como lo subirías? Entiendes? Aquí está la respuesta a por qué muchas personas se comprometen o no con un resultado. Lo que da a un líder el deseo que correr y subir o de pensar mucho y quedarse igual es el ardiente motivo. Tu verdadero motivo es lo que determina tu pasión y tu pasión determina tu velocidad. Y tu equipo difícilmente tendrá mayor velocidad que la de su líder el cual eres tú. Y la velocidad nunca fue directamente proporcional al ser impulsivo. Muchos confunden ser una persona apasionada con el ser impulsivo. Son dos conceptos totalmente distintos y sin correlación directa. Un motivo grande para hacer las cosas siempre da frutos de la humildad apasionada para aprender y asociarse de manera conectada y sincronizada con los demás. La humildad para aprender y la responsabilidad con el motivo te prenden en el pecho un fuego; si, una llama tan ardiente que correrás, y sufrirás sin sentir el calor de la llama en tu piel y te encenderá un fuego que rápido te secará las lágrimas pero aun así no te quemará ni la cara; y aún que te quemaran los ojos tendrías el poder suficiente para ver con el corazón y harías lo que tuvieras que hacer para lograr lo que tuvieras que lograr y punto. La pasión solo da frutos de velocidad. Ya lo habías pensado? La temperatura nunca hace con que el agua se congele, pero si pone a sus moléculas con mayor energía, busca fervientemente soltar los electrones por todos los lados y la hace explotar un movimiento en su ferviente hervir. Nada que es brillante, caluroso, radiante y fuerte crea estancación; pero si energía, calor y movimiento. Que este día reflexionemos si nuestra influencia con los demás es calurosa, ardiente, amorosa, apasionante, «contagiante», flamante o si es tibia, tibia, tibia y tibia. Si miras que no has tenido grandes resultados en las áreas que quieres desarrollarte, sea en cualquier aspecto de tu vida -sea en buenos y auténticos amigos que realmente te quieren y tú a ellos, sea en tu carrera profesional, tus ingresos, el cuerpo de la persona que ves tristemente a veces al espejo con esperanzas…, mira no sigas en esta ola que lo se enseña de «para atrás ni para tomar vuelo» si, por lo menos haz una pausa y encuentra tu verdadero motivo para hacer lo que haces. Solo esto será lo suficiente para que inicies tu jornada a tu piso 11 y te volarás rumbo a tus metas con un propósito flamante. La vida es muy corta para no vivirla con pasión estimados. Y la pasión solo da frutos fervientes.
Con cariño de tu amigo, Hugo Da Fonseca